Alimentos y bebidas que debes controlar para prevenir episodios de fibrilación auricular
Dra. Edda Lombardi, Especialista en cardiología, electrofisiología y marcapasos de la Clínica Anglo Americana.
La fibrilación auricular es la arritmia cardiaca más frecuente que consiste en la desorganización de los latidos cardíacos, generalmente acelerados. Su presencia está relacionada a varios factores predisponentes como la edad, enfermedades del corazón, del pulmón, alteraciones hormonales, infecciones, obesidad y apnea del sueño.
Si bien es cierto que algunos factores no son modificables, existen ciertas recomendaciones nutricionales que podrían disminuir la frecuencia de estos episodios. A continuación, te explicamos qué tipo de ingestas se deben controlar para prevenir estos episodios.
Alcohol: El consumo de bebidas alcohólicas, incluso moderado. Lo recomendado para hombres es máximo 2 copas (180cc cada una) y para mujeres 1 copa diaria, hasta 5 veces por semana. Sin embargo, la suspensión completa de su consumo está relacionada a reducción de recurrencias.
Cafeína: Es seguro el consumo hasta de 300 mg de cafeína (1-3 tazas de café) diarias. Además del café, el té, la guaraná, las gaseosas y las bebidas energizantes contienen cafeína y se contabilizan en la dosis diaria. Se recomienda restringir el consumo de bebidas energizantes pues contienen concentraciones más altas de cafeína, alto contenido de azúcar y otras sustancias que estimulan el sistema cardiaco, y, en exceso, puede producir arritmias cardíacas y muerte súbita.
Grasa: Dietas con alto contenido de grasas saturadas (mantequilla, carnes rojas y queso), con grasas trans (margarina, frituras, donuts, algunas galletas y comidas hechas con aceites vegetales parcialmente hidrogenados) y bajas en grasas monoinsaturadas (nueces, palta y aceite de oliva) están asociadas al desarrollo de esta arritmia.
Sal: La recomendación es 2.3 g por día de sal. El exceso trae como consecuencia el incremento de la presión arterial y esto predispone a la aparición de una arritmia.
Azúcar: Existen evidencias que sugieren que la glucosa alta puede favorecer la aparición de la arritmia. Se reporta que los diabéticos tienen un 40% más de probabilidad de desarrollar fibrilación auricular.
Vitamina K: Esta vitamina liposoluble presente en vegetales verdes (espinaca), coliflor, perejil, té verde e hígado) puede interferir en la acción de la Warfarina, fármaco ampliamente utilizado para la anticoagulación y prevención de cardioembolias en pacientes con fibrilación auricular. Es importante aclarar que no se prohíbe su consumo, sino que se promueve la ingesta de estos alimentos de manera controlada.
Gluten: Proteína del maíz que se encuentra en el pan, las pastas, condimentos y algunas comidas empaquetadas. En las personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten, esta proteína provoca un estado inflamatorio que puede afectar al nervio vago. Su consumo prolonga el tiempo de activación electromecánico atrial que es un importante predictor de fibrilación auricular.
Uva: El jugo de uva contiene un químico potente llamado naringenin; existen algunos
estudios que muestran interacción con el efecto de fármacos antiarrítmicos como la
amiodarona y el dofetilide.
Magnesio y potasio: Los niveles bajos de estos elementos en el cuerpo están relacionados al aumento de los episodios de arritmia. El magnesio lo podemos consumir en almendras, cashews, maní, palta, granos enteros, yogurt y espinaca. El potasio a través de la ingesta de plátanos, naranjas, albaricoque, camotes, tomates y agua de coco. Siempre teniendo en cuenta que el exceso es dañino.
Finalmente, es importante mantener una dieta alimenticia con bajo contenido de alimento procesado (comida rápida) y de azúcares añadidos (gaseosas y pasteles) que están asociadas al incremento de episodios de fibrilación auricular; y optar por alimentos altos en grasas saludables (omega-3, pescados azules, palta y aceite de oliva) y fibra (avena, nueces, semillas, frutas y vegetales).